Seamos girasoles
Los girasoles se giran buscando la luz del sol. Y los días nublados, se miran entre ellos. Dándose la energía necesaria para sobrevivir a los días sombríos.
La parte más vulnerable del alma, es un hijo. Es como vivir con el corazón fuera de ti.
Si pudieras cubrir todas sus necesidades, si pudieras evitar sus errores… con lo sencillo que parecía todo en tu vientre.
Cuando tiene alguna discapacidad, todo se magnifica.
No siempre resulta fácil protegerlo. Es agotador sostener mil luchas para poder seguir caminando.
En ocasiones, sufrimos un desarraigo de nuestra maternidad o paternidad, ocupamos demasiadas facetas. Siempre luchando por nuestra visibilidad.
Hemos visitado el infierno, y hemos pisado las ascuas pero hemos sobrevivido, con quemaduras pero aquí estamos.
Hablar con otra familia en nuestra situación, es hablar de tú a tú, entiendo sus días grises, y las tormentas a las que han resistido.
Existen días malos, agotadores que sólo tienes ganas de romperte de una vez, llorar y despotricar.
En ocasiones, es necesario hacerlo para resurgir con más fuerza.
Siempre hay una enseñanza en todo.
Una lección que aprender, un agradecimiento que anotar al final del día.
No estamos solos, porque nuestra energía nos ayuda. Nuestra resiliencia nos hace querer ayudar a otros.
Vivimos una soledad difícil de entender si no vives en nuestra piel.
Esa soledad que sentimos por ser como somos.
En ocasiones, he cerrado los ojos y he tenido que respirar, abrazar lo malo para dejar de sentir cosas feas. No quiero sentir odio. No quiero sentir tristeza.
Quiero vivir, quiero vivir este viaje que me ha tocado, llamado vida.
Todos sufrimos, todos tenemos buenos momentos. El sufrimiento es necesario para buscar la paz.
Cuánto valoras los momentos de calma, los momentos de amor.
Esta soledad, que solo nosotros conocemos, nos debería servir para hacernos fuertes y comprensivos.
La vida nos ha enseñado que todos nos necesitamos, tarde o temprano. Y que ser amable y compasivo produce bienestar en nosotros.
Todos necesitamos un girasol que nos dé energía los días grises.
Que nos diga que todo pasará, aunque parezca que no.
Vivir es un juego de días claroscuros .
Tengo malas noches cuando pienso en el día que yo no esté. Días que no me aguanto ni yo
Esos días es mejor llorar lo que tengas que llorar, y soltar
Es mejor que te dediques un poco de tiempo y esperar a que todo vuelva a su lugar.
Es bueno hablar con otros padres en tu situación, expertos en experiencia que te dan trucos, apoyo y amor.
La unión es tan importante y bonita.
El amor genera amor, y nuestros hijos son el mejor ejemplo.
Nosotros tenemos un girasol en casa que nos mira y nos da energía para seguir.
Si no estuviera, estaríamos un poco sordos de corazón.
Nunca dejaremos de girar para darnos el impulso en la vida. Y si nos nublamos, ahí estarás tú, nuestro girasol, para darnos luz.
Agradecida pequeño maestroTkm❤😘
Debe estar conectado para enviar un comentario.