No somos ejemplo de nada

No somos ejemplo de nada, ni debemos tratar de serlo.

Con los años he ido comprendiendo que no podemos buscar la fórmula perfecta, porque simplemente no existe.
El autismo me ha enseñado a base de faenas, lo que quiero y necesito. Muchas veces, he verbalizado un pensamiento recurrente.

«Necesitamos problemas para no crear problemas».


Cuando uno tiene un hijo con autismo debe pasar el duelo, personal e intransferible, nadie puede pasar por ti las noches en vela y ni abrir los grifos para camuflar el llanto. Nadie puede eliminar el sentimiento de soledad y la sensación de ahogo, cuando las crisis se hacen latentes. Te pueden acompañar, pero la enseñanza es tuya.

Nadie tiene el mismo ADN para copiar fármacos o planes de apoyo.

Porque hablamos de personas no diagnósticos. Jamás en mi vida me he cruzado con dos personas iguales por muchos paralelismos que puedan existir.
Tenemos que aprender a trabajar conductas que nos preocupan, hacer de abogado del diablo en la educación, sanidad o cualquier lugar donde veamos peligrar los derechos de nuestros hijos.
Me apabulla escuchar a padres disfrazados de terapeutas, señalando la evangelización en el amor, porque adoctrina. Sin darse cuenta, que para mí ganar adeptos en el amor hacia el prójimo, vale más que cualquier columpio para regular el ego y el bolsillo de las pseudo terapias.
Los padres no siento que deban estar encerrados con el niño, quitándole vida a la vida. Y alegría al alma.
Debemos abrirnos al mundo y mostrar nuestras fortalezas y también nuestras debilidades, con el fin de abrir ojos, mentes y corazones.
Y pedirle al mundo las herramientas para seguir avanzando. Porque somos de este mundo y somos tan necesarios como cualquier otro.
He aprendido que aunque no crea en ese sistema, ese padre sólo trata de sobrevivir a esto, que llamamos autismo.
Cuando alguien nos juzga, les mando amor y comprensión. Porque mi intuición me dice que los necesita.
Si vives en el camino lógico de la vida, un problema es que el comedor del colegio sirve poco pescado. Nosotros nunca tuvimos opción a esa carencia, porque simplemente no podíamos ir, faltaban apoyos.
El dinero es necesario para cubrir terapias, y muchas cosas que no están cubiertas. Pero no me impresiona el «Don dinero» y «Ser de cuna».
No soy ejemplo de nada…

En algunos momentos , nuestros caminos han sido borrados, y hemos tenido que reinventarnos, con acierto o no, aquí estamos.
Y eso es lo que cuenta.
La salud mental es lo más valioso para mí.
Siguen existiendo nudos en el alma, y etapas que no sabes cómo vas a seguir adelante.
Y justo en ese momento, en la oscuridad más absoluta, han aparecido manos, personas que nos han remolcado hasta la luz.
Me gustaría creer en Dios, en la política…pero sólo creo en los buenos apoyos y las buenas personas.
Todos nos necesitamos o nos necesitaremos a lo largo de la vida, y yo quiero llegar al final de ella, con paz y mucho amor.
Sé que mi pequeño maestro sabrá guiarme, gracias mi vida por tanto.
Tkm❤️

Buenos apoyos, buenas personas

El ser padre de un hijo con autismo es saber que el equipo es necesario. Es necesario crear una red de apoyos, una ted de buenas personas. Porque aunque yo haya hecho un pacto con el demonio y haya firmado un contrato de ciento veinte años… no seré eterna.
Aunque fuese eterna, esto es en ocasiones, un poco duro y es necesario poder delegar en otro y sentarte aunque sea para respirar o tomarte una caña.
Los padres no podemos ser el principio y el fin de un hijo, debe vivir experiencias, como cualquier otro ser. Aunque llevemos una mochila pesada, diagnóstico y miles de experiencias para aprender.
Yo no quiero tener rencor, prefiero romper cien folios en una charla mientras escucho una vida paralela a la nuestra.
El rencor destruye, paraliza y enferma.
Prefiero creerme que sobre el zafú respiro y mando amor, mientras me lo creo, sucede y yo puedo seguir escribiendo páginas en esta vida.
Cada cual cree en lo que puede.
Y yo quiero creer que esta sociedad está cambiando y que Hugo tendrá una vida digna cuando el destino lo diga.
Creo en la evangelización de las buenas maneras, del amor. Muchas guerras luchamos desde que nace un diagnóstico. Peleas para que te den una discapacidad, necesaria para una escolarización, luchas en salas médicas, burocracia educativa y algún que otro tropiezo en esta etapa.
La exclusión de comedores, actividades extraescolares, los padres pronto entendemos que existen dos mundos y en el nuestro hace mucho más frío y está desolado. Con muebles de Ikea por montar y con una sala de pensar, donde nos reunimos con otros padres para tratar de crear infraestructuras para que nos llegue la luz solar del otro mundo, el de los privilegiados.
Ser padre de un chico con autismo, es saber que debes ayudar a cualquier padre en tu situación, aunque lo conozcas minimamente, porque si entre nosotros no nos ayudamos, la humanidad dejará de existir.
Agradecida, a la Red que cada uno vamos creando, personas que sienten que el amor al prójimo es la primera ley humana. Y evangeliza en su día a día, con las buenas prácticas con nosotros.
Que todo lo malo vivido, que todos los papelitos rotos, sirvan para sacar lo mejor de nosotros. Hacernos duros ante los problemas, que si nos tumban tengamos personas en las que apoyarnos. Pero que nuestro corazón no se endurezca y sigamos salvando obstáculos con amor.
Agradecida a todo lo vivido porque me ha enseñado que solos no se puede vivir.
Que continúe los buenos apoyos, las buenas personas.
🤍🙏

Con la mano en el pecho

Qué diferentes somos, cada uno con un bagaje y una enseñanza en la vida.
Existen ciertas personas con una humanidad infinita, que sienten un acto de bondad como un privilegio para si mismos.
Existen personas que todo lo quieren comprar, no entienden otro lenguaje, sin comprender que no todo está venta y no todo el mundo se vende. Al final de sus días aprenderán que en el último viaje, no llevas billetera ni amigos influyentes.
Existen personas que con la mano en el pecho, gritan sus milagros pero siempre tienen una critica oculta.
Existen las personas normales, que ni buenos ni malos, aciertan y se equivocan que sólo quieren vivir sin títulos.
Y existen las personas puras que tratan de enseñarnos a diario que con pocas herramientas, sin brillantes carreras ni amigos adinerados, son las personas más especiales del mundo. Que se ofrecen sin dobleces, que no desean conflictos y que necesitan la estabilidad para sentirse seguros.
Mientras todos sacamos nuestros egos, nuestra verdad, nuestra intención de controlar hasta el alma del prójimo. Vosotros dais amor.
Qué suerte ser como vosotros, Hugo.
Que no queréis mentiras, ni falsos «te quiero» , no necesitáis acciones en banca ni marginais a nadie por ser diferente.
Y si ponemos la mano en el pecho, en el vuestro, podemos llegar a asustarnos por la inmensidad de vuestro corazón.
No dejes de mostrarnos el único camino que conduce al éxito en la vida, no dejéis de marcar con amor el mundo.
Tkm ❤️