Carne de tu carne
Ya empezamos hablar de edificios iluminados o globos al aire. No soy contrario a la divulgación y a la concienciación. Pero el día 2 debería ser todo el año. Sin grandes gestas, pero con granitos de diferentes manos se hacen montañas y puentes para el mañana.
De nada sirve que encendamos la bombilla si no somos capaces de encender el corazón. Con un puñado de «ojalá» , miro el calendario.
No estoy enfermo, no temas explicarle a tu hijo mis debilidades y fortalezas. No hables de lacitos sin saber que mi sangre es roja como la de todos. Engendrados con un amor inmenso y el origen se dio en la unión del óvulo y un espermatozoide.
A diario, luchamos hasta por el aire que respiramos. Porque el sistema nos aplasta.
No me hables de lágrimas si no tienes tiempo ni de saber cómo late mi corazón por un simple abrazo.
Mi madre, suele decir en voz baja que todos somos carne de carne. Que debemos callar, porque jamás sabremos cómo serán los hijos de los hijos. Y que la discapacidad siempre nos alcanza con el paso de los años.
Yo trato de que respire y no hable del karma.
Sé que lo hace desde el amor propio, pero lo más propio que quiero que sienta es mi amor.
Yo soy carne de su carne y con solo mirarnos alcanzamos la alineación del alma.
Necesito rutinas y pictogramas y hago lo que puedo por comprender sonrisas que luego no son tan sinceras. No juzgo a nadie, porque vivo por y para mis zapatos.
No quiero ver a mi familia triste o estresada, los necesito sabiendo aprovechar cada segundo de vida porque no sabemos lo que nos pasará mañana.
Y cuando veo que la cosa se tuerce, busco el momento para mirarle a los ojos, darle un beso y hacerle sentir que se hizo milagro el deseo de ser madre y así, recordarle que por fortuna, somos carne de carne.
Tkm♥️ familia
maitegm 
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